Fecha: 15 de mayo de 2023
Autor: Programa Hilando Vidas y Esperanza
OLA SOLERA
Entre marzo y mayo la Ola SOLEra llegó a los hermosos territorios del Cauca, Valle del Cauca, Antioquia y Montes de María. Nos reunimos el equipo de SOLE Colombia, los Exploradores OIM y los Exploradores Hiladores con alrededor de 25 a 30 personas en cada una de las 15 comunidades beneficiarias del programa Hilando Vidas y Esperanza de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Fundación SOLE Colombia.
Nos acompañaron niños, adultos, jóvenes, lideresas, madres y abuelos, todos ellos dispuestos a dialogar, cuestionar y aprender juntos SOLEando. La alegría, la berraquera y el entusiasmo caracterizaron nuestros viajes.
Las personas de las comunidades que visitamos han sido víctimas del conflicto armado, han sufrido la inequidad, desigualdad y falta de oportunidades. Sin embargo, su primera reacción ante una Gran Pregunta siempre fue una sonrisa, a veces más tímida o a veces carcajada, pero siempre cada uno de nuestros participantes nos recibieron con una expresión de ¡Sí se puede!
Por eso, el tema de la música y el baile fue recurrente en dos de las tres regiones con preguntas como: ¿de dónde viene la fuga? (Dominguillo, Cauca), ¿por qué nos gusta tanto la música? (Casitas, Cauca) o ¿de dónde viene el Vallenato y el Bullerengue? (La haya, Montes de María). Las preguntas dieron para hablar de sus festividades y expresiones culturales, además el ánimo de fiesta nos impregnó a todos de una sensación cálida, como si estuviéramos celebrando algo.
La naturaleza también jugó un rol principal en las visitas, las comunidades se preguntaron: ¿cómo afecta la Luna a los seres humanos? (El bongal, Montes de María), ¿cómo podemos convivir con las culebras? (La Meseta, Antioquia) ¿por qué el mar no se sale de su límite? (La estación, Montes de María), ¿por qué las luciérnagas alumbran? (Monte Frío, Antioquia) ¿si las abejas se extinguieran los seres humanos dejaríamos de existir? (Manzanares, Montes de María), ¿por qué el limón es ácido? (La floresta y Lomitas, Valle del Cauca),¿por qué el ají pica? (Villa Grande, Antioquia) ¿hay más estrellas en el universo o granos de arena en la tierra? (La siria, Montes de María) y ¿por qué ahora hace más calor que antes? (Puerto Bélgica, Antioquia).
Las reflexiones y conversaciones que motivaron las preguntas nos llevaron a cuestionarnos nuestro día a día, a pensarnos entre todos nuestra relación con el entorno y el ecosistema que nos rodea y en cómo vamos a cuidarlo.
Aunque la conectividad fue un reto en casi todas las comunidades, logramos conectar todos los SOLEs a Internet y ya tenemos algunas soluciones planteadas para dejar instaladas en las comunidades y que puedan seguir haciendo SOLE con regularidad. La única comunidad que no pudo hacer videollamada fue El Bongal, La señal de Internet no lo permitió, pero logramos poner a la comunidad en contacto por Whatsapp con su abuelita.
Muchos sintieron curiosidad por las antenas, los cables, y las maromas que hicimos para poder conectarlos a Internet, nos ayudaron a instalar algunas cosas y se entusiasmaron cuando entendieron de qué se trataba lo que estábamos haciendo.
Un caso muy particular sobre el impacto que tuvo el tema de conectividad durante las visitas de reconocimiento sucedió en el municipio de El Bagre, en Antioquia. La comunidad de La Capilla estaba lista para SOLEar, pero el día anterior había llovido muy fuerte en la zona, el cielo seguía muy nublado y por esa razón las señales satelitales no funcionaban. Tenían la ilusión de que pudiéramos resolverlo, pero debido a las condiciones geográficas nos fue imposible lograr conectarlos.
Cuando hacemos SOLE nada nos para, y eso pudimos demostrarlo usando Endless y a nuestro cacharrero Gabriel Zea como Abuelita para resolver la pregunta que se hizo la comunidad en su primer SOLE ¿Por qué no hay señal para hacer llamadas, ni para conectarse a internet? Al responder la pregunta todos juntos descubrimos cómo funciona el internet y una vez más, confirmamos que lo que nos hace humanos es poder conectar con otros diferentes y entre todos aprender a cuidarnos.
Juntos descubrimos que:
- La participación de los Exploradores Hiladores en cada una de las comunidades fue un éxito rotundo. Los participantes del SOLE se sintieron muy animados por sus historias personales, por sus experiencias, y aprendizajes, tanto así que en todas las comunidades se inscribieron más de 3 Embajadores. Además, los Exploradores Hiladores se sintieron reconocidos y valorados por otras personas de su misma región.
- Juntos podemos expresarnos y crear un lugar para compartir, descubrir y hablar. Hacer SOLE es una oportunidad para unir más a la comunidad, es más divertido aprender junto a otros, que aprender solo. Si a algunas personas les daba miedo usar el computador, cuando ven a otras usándolo a su lado se dan cuenta que no son monstruos.
- La tecnología no está para reemplazar los conocimientos ancestrales de las comunidades, al contrario, puede ser una forma de reafirmarlos. Escuchar a los mayores y sus conocimientos hace parte de la información que nutre un SOLE, el diálogo, el debate compartir e intercambiar con otros es lo que hace que aprendamos todos juntos.
- Las personas tienen la capacidad de encontrar esperanza y espacios seguros para seguir creciendo y creciendo a pesar de las condiciones o las dificultades. Si se puede construir un mundo en todos vivamos bien juntos.
Gracias a todos los participantes que se unieron, sus sonrisas y entusiasmo nos motiva a seguir y ¡Cambiar el mundo! (Texto Cortesía Fundación SOLE, Manuela Bolívar)